Reflexionar sobre el impacto que ha tenido la IC a nivel didáctico en Europa, es un avance hacia la caída de estereotipos. Por otro lado, si bien lamentablemente hay lenguas 'más prestigiosas' que otras, el hecho de valorar nuestras bases y herencias culturales hace que nosotros mismos les asignemos un valor agregado a las nuestras.
En el caso de Chile que es monolingue, claro, se asigna más valor al conocimiento del inglés y no por ejemplo, a las lenguas originarias, prejuicio que podría ser subsanado tomando conciencia de los préstamos lingüísticos que estas lenguas han dado al español de chile, que por lo demás está plagado de indigenismos. El el caso de latinomerica, el día que las naciones se asuman como multiculturales (si es que algún día sucede) se podrá asignar más valor a la IC de las lenguas originarias. Por ello creo que la propuesta de cabiar las creencias y representaciones en torno al tema es un desafío que supone la puesta en valor del otro y su cultura que convive con la mía. Esa idea me gusta mucho.