Texto
Hace mucho tiempo, en Fontanasc, había un hombre llamado Pierre que vivía solo con un gran perro. Lo llamaba Poulènta porque tenía el pelo completamente amarillo.
Un día el hombre tenía que ir a Lignod. Se levantó temprano y, antes de salir, ató al perro a la reja de la ventana para que vigilara bien la casa. Había caminado bastante y estaba casi a mitad de camino cuando, de repente, vio a un gran lobo que se le estaba acercando. Como estaba cerca de la capilla de Praz Charbon no encontró nada mejor que agarrarse a la reja de la ventana, tratando de trepar lo más alto posible.
Lamentó no haber llevado a Poulènta con él y, cuando se dio cuenta de que no podía resistir más, comenzó a llamarlo a gritos. Poulènta lo oyó y comprendió que su amo estaba en peligro. Entonces intentó liberarse, pero por más que lo intentaba, la cuerda no se rompía.
Siguió tirando con todas sus fuerzas... y por fin la cuerda se rompió. Bajó a toda velocidad por la ladera y en un abrir y cerrar de ojos llegó a la Gran Riva, que era una gran acequia para regar los prados. Buscó el mejor lugar para saltarla y tomó impulso. Al querer darse prisa, resbaló en las piedras y se mojó, pero no se detuvo. Se sacudió rápidamente y reanudó su carrera.
Poulènta cruzó el puente del Evançon como un rayo y tomó la subida al Grand Bois. El día anterior, un viento muy fuerte había arrancado de raíz un gran abeto que se había caído sobre el camino. Poulènta tenía que rodearlo. Entonces se detuvo un momento, saltó un muro pequeño y se encontró en un campo lleno de plantitas de enebro. Sin dejar de correr, atravesó el campo pero las espinitas del enebro se le clavaban en el pelaje... y en las patas.
Le dolía, pero siguió corriendo tan rápido como pudo.
Al llegar a la capilla, se enfrentó al lobo y comenzó una pelea feroz entre los dos. Se mordieron por todos lados, rodaron por el suelo... pero Poulènta luchó con tanta valentía que el lobo se vio obligado a huir para salvarse.
Pierre estaba agotado, pero también se sentía muy agradecido con su perro. Aún alterado, bajó de la reja, abrazó a Poulènta y lo acarició durante un buen rato... Al final, cuando recuperaron el aliento y se calmaron, decidieron tomar el camino de vuelta a casa.
Complementos
Existe una version del cuento ilustrado en francés a la que se puede acceder aquí: Le conte illustré, en PDF.
Referencias
El cuento en francés sobre el que se basa esta traducción pertenece al "Sacs d'histoires, nouvelle série Mars 2018": Conte pe le petchou de inque – Contes pour les enfants.
Esta nueva serie de 2018 retoma un proyecto comenzado a fines de los años 70 en el Valle de Aosta con el fin de recuperar elementos de la tradición oral de los pueblos del valle.
Los autores agradecen
a las docentes que colaboraron en la revisión de los textos Cecilia e Serafina Curtaz, Augusta Pitet, Miranda Glarey, Anna Vuillermoz, Rosanna Vuillermoz
a las docentes y sus alumnes que contribuyeron a completar los dibujos de algunos cuentos:
Institution scolaire San Francesco Aosta
École de l’enfance de Excenex Institution scolaire Valdigne Mont-Blanc
École de l’enfance de Morgex Institution scolaire J.B. Cerlogne
École de l’enfance de Sarre Chesallet Institution scolaire L.Barone
École de l’enfance de Challant St.Anselme.
Al Sr Saverio Favre y a los miembros del Servicio Lingüístico.
La versión original de este cuento de tradición oral está en patois de Brusson - Extrepierre
Traducción
Esta traducción fue hecha por Amel Mediouni y revisada por Mariana Frontini en febrero 2021.
La versión original de la que se desprende esta traducción es Poulènta.
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