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Una historia de mărțișor

Texto

Érase una noche en la que una niña no podía dormir.

Para entretenerse, la pequeña se levantó y fue a buscar un libro a la habitación de sus padres. Ante la inmensa elección que se desplegaba ante ella, no supo qué elegir.

Entonces miró de izquierda a derecha buscando la portada más bonita, cuando de repente, vio un hilo rojo que pendía de un libro.

Curiosa, cogió el libro y volvió lo más discretamente posible a su habitación.

De vuelta a la cama, encendió una linterna bajo la sábana y empezó a tirar del hilo rojo.

Tiró, tiró y tiró... ¡Cuanto más tiraba más se daba cuenta de que el hilo no tenía fin! Al cabo de unos minutos, vio un copo de nieve colgado del hilo.

Muy contenta con su descubrimiento, decidió abrir el libro en busca de otros copos de nieve. Pero cuando lo abrió, solo vio dos páginas en blanco. Entonces se apresuró a pasar las demás páginas, pero no había nada.

Todo lo que veía eran páginas en blanco, y ese hilo que parecía salir del interior del libro.

En ese momento decidió seguir tirando, con la esperanza de encontrar nuevas pistas. Así que tiró, tiró y tiró y, cinco minutos después, descubrió dos copos.
Muy contenta, volvió a tirar del hilo. Pero no ocurrió nada...

Poco antes del amanecer, tras horas de tirar del hilo, la niña estaba agotada. ¡Pero no quería dejar su trabajo por nada del mundo! ¡Jamás!

Cuando empezó a quedarse dormida, escuchó el sonido de una campanilla. Tilín, tilín. ¡Oh! ¡El ruido venía del interior del libro!

Rápido, rápido, tiró con un poco más de fuerza, y  vio que el hilo cambiaba de color. ¡Ahora era todo blanco!. ¡Blanco, blanco, blanco! Como la nieve.

Ahora a la chiquilla ya no le apetecía tirar más del hilo. Quería dormir.

Así que cogió unas tijeras y cortó el hilo blanco.

Y, para no perder su precioso tesoro, se hizo una pulsera con los hilos blancos y rojos.

Satisfecha con su trabajo, cerró el libro y lo llevó discretamente a la habitación de sus padres.

Y se quedó dormida, agotada, pero feliz con su nuevo amuleto de la suerte en la muñeca. 

Afuera empezaba a amanecer. Era el 1 de marzo.

¡Feliz día de primavera! Frumoasa Martisoara!

Complementos

El 1 de marzo es el día de Mărțișor, que viene del rumano: mărți significa marzo y șor de soare que significa sol.

En este dia las personas se regalan objetos decorativos atados a pulseras con hilos blancos y rojos para simbolizar el fin del invierno y el inicio de la primavera.

Referencias

La autora del cuento: Marine Cocumelli. El cuento se escribió en francés y se tradujo al rumano.

Traducción

Esta traducción fue hecha del francés al español por Amel Mediouni y revisada por Mariana Frontini en marzo 2021.